Constantemente se reabre el debate sobre quien es el responsable de la educación de los niños y niñas, ¿las familias? ¿Profesores? ¿El sistema educativo? ¿la vecina del quinto?. Más que responsabilidad, diría que la educación es tarea de todas las personas que se relacionan con los niños y niñas, desde la persona que cruza el semáforo en rojo delante de un menor hasta su abuelo que les cuida por las tardes. ¿Por qué? Porque es imposible no educar…. Educamos con el ejemplo, con lo que hacemos y decimos, pero también con lo que evitamos, con el gesto que ponemos cuando nos preguntan y con la respuesta que damos, sea cual sea.
En 2019 se abrió un debate sobre el pin parental para controlar que contenidos hay que enseñar a los niños y niñas y cuales no y quien debe hacerlo. Volviendo a cuestionar la educación sexual como un derecho para todas las personas. Entre los derechos de los niños se encuentran el derecho a la educación, a la igualdad, a la comprensión…. ¿No forma parte la educación sexual de estos derechos?
Estamos en la era de la información, cualquiera tiene un móvil con acceso a millones de contenidos, por lo que el reto de la educación ha cambiado. Ya no tenemos que enseñar tantas cosas que están a un click. Lo difícil ahora es saber distinguir una información fiable de un anuncio o del marketing, por ejemplo.
Como padres y madres necesitamos controlar la información que les llega a nuestros hijos e hijas, pero ¿Es posible?
En la familia se educa en valores, se traslada lo que cada persona o pareja considera que es importante que sus hijos e hijas sepan. Pero nadie se queda sin aprender, la diversidad esta presente en todos lados, cada persona es única, tanto en el cole como en casa es importante enseñar esa realidad y sobre todo el respeto a la diferencia.
La igualdad entre hombres y mujeres, los buenos tratos, son valores que están creciendo, pero la clave está en generar inquietudes que conviertan a los niños y niñas de hoy en adultos con espíritu crítico que se aceptan a sí mismos/as y a los demás.
En 2019 la ONU proclamó el 24 de enero como el Día Mundial de la Educación. El objetivo es concienciar de la importancia que tiene lo que enseñamos a los más pequeños, y cómo esto repercute en su futuro y en el de la sociedad. El reto no es fácil, pero es apasionante. ¿Qué vas a hacer tú?
Laura de Toledo Congosto. Psicóloga y Sexóloga