¿Sabías que expresar agradecimiento de manera regular puede aumentar nuestra felicidad y nuestra satisfacción con la vida?
Esto es lo que concluye Sonja Lyubomirsky tras sus investigaciones acerca de la felicidad. Que respaldan la idea de que practicar la gratitud puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar emocional.
Enfocarse en lo positivo y reconocer las experiencias gratificantes es una manera de cultivar conscientemente la habilidad de la gratitud y cambiar nuestra perspectiva en el día a día. Además, la gratitud no sólo beneficia a quienes la practican. También mejora nuestras relaciones interpersonales puesto que fortalece los vínculos emocionales, fomenta la empatía y genera un sentido más profundo de conexión.
¿Cómo practicar la gratitud?
Pero ¿cómo adoptar una perspectiva más agradecida? Aquí te traemos algunas de las conclusiones más efectivas que ha extraído Lyubomirsky de sus investigaciones científicas:
- Crea un diario de gratitud: mantén un diario donde registres regularmente cosas por las que te sientas agradecidx. No tienen que ser grandiosas, pueden ser pequeños momentos, gestos amables o logros diarios. Repetir esta práctica nos ayuda a entrenar la mente para enfocarnos en lo positivo.
- Si lo tuyo no es escribir, únicamente dedica unos minutos al día a pensar qué es eso que das por sentado cada día y pasa desapercibido, haciéndolo consciente. Por ejemplo: siempre puedo contar con mi vecinx cuando necesito algo.
- Expresa gratitud de manera directa a una persona: por teléfono, carta o cara a cara, expresa lo que ha hecho por ti y de qué manera ha afectado a tu vida. Puedes utilizar un día especial (un cumpleaños) o un día cualquiera. ¡No se lo esperará! No tiene por qué ser una persona muy cercana, si no alguien que ha influido o facilitado tu vida, como un profesor/a, autor/a de tu libro favorito, tu abogadx o farmacéuticx…
- La investigadora asegura que la clave es la variedad. Si agradecemos todos los días lo mismo o de la misma manera es posible que dejemos de encontrarle sentido. Para no estancarnos es mejor enfocarnos en muchos ámbitos de nuestra vida. Por ejemplo, no agradecer sólo lo relacionado con gestos amables de los demás, sino también por el ámbito laboral, de salud, o de lo que nos rodea cada día.
La clave está en la consistencia y la incorporación de estas actividades en nuestra rutina diaria para obtener los beneficios a largo plazo.
Y tú… ¿te animas a agradecer?
S. Lyubomirsky (2008) La ciencia de la felicidad. Ed.Urano.
Teresa Gascón.
Psicóloga Sanitaria M-38762 y colaboradora de PsicoaSexoría